Es recomendable realizar esta intervención antes de que aparezca cualquier síntoma y un buen momento para hacerlo es cada 15.000 kilómetros o al instalar neumáticos nuevos. Aparte, hay una serie de razones objetivas para ello:
- Desgaste desigual de las bandas de rodadura
- Dificultades para girar el volante hacia un lado
- El coche se dirige más hacia un lado en particular
- El coche ha pasado por un bache, sobre piedras, superficies irregulares o ha sufrido un golpe en una rueda
- Se ha reemplazado recientemente algún neumático
- El vehículo ha sufrido un choque
Un modo de comprobar si el coche necesita alinear la dirección es poniéndolo en marcha en algún lugar seguro (sin otros coches y con espacio suficiente) y, cuando vaya circulando, soltar el volante por un momento. Si el volante se gira hacia un lado, la alineación del coche no es correcta.